Comunicación Educativa


La comunicación educativa ha tomado fuerza desde la década de los ’60, debido a su identificación como un campo de estudio interdisciplinario que aporta nuevos conocimientos para la explicación de los procesos educativos, superando así el esquema clásico al incluir factores socioculturales del contexto en el que se desarrollan dichos procesos educativo-comunicacionales.

El concepto actual e comunicación educativa atribuye al emisor importancia como sujeto de su propia actividad (autoevaluación) y como evaluador de los perceptores. Así mismo reconoce el papel del perceptor como sujeto activo, reflexivo y crítico, que también evalúa su propia actividad y posee la habilidad de evaluar al emisor.

Pese a que no existe un acuerdo entre los teóricos para dar una definición consensuada de comunicación educativa, se entiende la comunicación educativa como un campo del conocimiento en vías de conformación que, desde los aportes de la teoría de la comunicación y bajo un enfoque interdisciplinario, ayuda a explicar los procesos educativos para, con base en sus principios y procedimientos, proponer opciones que coadyuven a dar soluciones a las problemáticas educativas y a mejorar dichos procesos en los ámbitos: educativo, comunitario y tecnológico. Para que se dé la comunicación educativa, es necesaria la interacción entre los participantes con el fin de que posibilite el intercambio de significados.

Para Sarramona (1988) y Gutierrez (1974) educar es comunicar y comunicar significa dialogar lo que da lugar a una forma particular de relacionarse, de establecer un intercambio que genera reflexión, crítica y construcción de significados compartidos, a través de una negociación constante entre los participantes. Implica horizontalidad e interacción.

En 1972 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) dio a conocer lo que Comunicación educativa a partir del estudio de Edgar Faure (1972) en que es señalado el cambio cultural generado por los medios de comunicación colectiva y los sistemas de información en la modernización de la enseñanza. Fue así como el organismo internacional depositó en la comunicación educativa la posibilidad de transformación cultural y recomendó la educación con, a través de y para los medios. Es de este modo como la comunicación educativa se convierte en un campo cultural estratégico, que demanda sin duda alguna un cambio en la percepción tradicional de la enseñanza, al tomar en cuenta en sus contenidos curriculares, la cada vez mayor cantidad de mensajes, técnicas y tecnologías de la información como espacios en mediación pedagógica y cultural.

Según Leontiev, comunicación educativa es la comunicación del maestro con los escolares en el proceso de enseñanza, que crea las mejores condiciones para desarrollar la motivación del alumno y el carácter creador de la actividad docente, para formar correctamente la personalidad del alumno. (Ojalvo: 1994: 3)

Por su parte, Landivar define la comunicación educativa como el área donde ocurren precisamente los procesos de interacción propios de toda la relación humana, en donde se transmiten y recrean todos los significados. (Ojalvo: 1994: 7).

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